El modo incógnito es una herramienta que te permite navegar por internet con privacidad. O eso dicen. Si bien es cierto que el modo incógnito existe desde hace más de una década (fue implementado por primera vez en el navegador Safari el 2005) es durante los últimos años que está ganando popularidad su uso.
A pesar de no ser una herramienta nueva, sigue habiendo muchas ideas equivocadas respecto a los beneficios que ofrece. Los navegadores saben perfectamente cuál es nuestro comportamiento en las redes, tanto si estamos en modo incógnito como si no: saben qué compramos, qué páginas visitamos o qué videos miramos.

Las principales ventajas del modo incógnito son dos. Primeramente, el navegador automáticamente deja de almacenar el historial de búsqueda y contraseñas en nuestro ordenador. Esto nos permite esconder nuestra actividad otros usuarios que hagan uso de ese ordenador, pero en ningún caso del navegador o la empresa que lo gestiona. En segundo lugar, el navegador no utilizará las cookies que tenía previamente almacenadas. Las cookies o galletas, son pequeños paquetes de información con las que las páginas web etiquetan a nuestros navegadores. Son utilizadas principalmente para segmentar a los usuarios y ofrecer publicidad dirigida hacia las personas más adecuadas.
Aunque hagamos uso del modo incógnito, las páginas web seguirán almacenando datos de nosotros: qué páginas visitamos, donde venimos, nuestro puesto de trabajo, la marca de nuestro ordenador, entre otros.
Esto puede llegar a sonar aterrador y dar la idea que nos están espiando; la realidad es que esto es un proceso automatizado llevado a cabo por algoritmos y programas informáticos. Para las páginas web somos simplemente datos o tendencias a estudiar, del mismo modo que lo seríamos en una encuesta de opinión política.
A pesar de saber esto, si eres una persona que valora su privacidad, aquí tienes unos consejos que te pueden servir para minimizar tu huella digital:

  • Aceptar que si utilizamos internet, estamos renunciando hasta cierto punto la privacidad total y completa de nuestras acciones.
  • Comprobar la configuración de privacidad de tu navegador y redes sociales.
  • Evitar conectarse en redes públicas.
  • Visitar páginas protegidas con certificados de encriptación válidos (icono del candado).
  • Finalmente, se puede usar un Virtual Private Network o VPN para enmascarar nuestra actividad al máximo.